El gobierno conservador de Tony Abbott elimina la ‘tasa carbono’
Australia puso fin este jueves a un impuesto adoptado dos años atrás por los laboristas para reducir las emisiones de carbono en el marco del combate contra el cambio climático. Tony Abbott, para quien la acción del hombre no está ligada al calentamiento global, cumple con una de sus promesas de campaña. Australia se convertirá “en un paria internacional”, advirtió la oposición.
Primera modificación:
Por 39 votos a favor y 32 en contra, la cámara alta del parlamento australiano suprimió este jueves la “tasa carbono”, instaurada dos años atrás por el gobierno laborista para luchar contra el cambio climático.
La "tasa de carbono", introducida por el gobierno de la laborista Julia Gillard, obligaba a las 350 compañías más contaminantes a pagar en función de las emisiones de carbono que producían, con el objetivo de reducirlas. En concreto, 23 dólares australianos (16 euros) por tonelada de carbono.
La tasa era cuestionada por el sector minero. Su desaparición era una de las promesas de campaña del primer ministro australiano, Tony Abbott, quien aseguraba que los consumidores eran quienes sufragaban finalmente la subida de este impuesto a través de facturas más elevadas.
Abbott descree de los estudios científicos que atribuyen el calentamiento global al comportamiento del hombre, calificando estos trabajos de “absolutas tonterías”.
Australia emite el 1,5% de emisiones de gas de efecto invernadero en el mundo, pero al mismo tiempo es uno de los emisores más grandes del mundo por habitante a causa de su dependencia del carbono para la producción de electricidad.
Por otro lado, la minería es el motor del crecimiento australiano desde hace 15 años y el país cuenta con varios gigantes del sector, entre ellos, Rio Tinto y BHP Billiton.
Abbott pretende reemplazar la “tasa carbono” por un plan “de acción directa”, que incluye por ejemplo estímulos financieros para las empresas que tratan de mejorar su balance energético.
Antes de la votación, la dirigente de Los Verdes, Christine Milne, estimó que abolir esta tasa convertiría a Australia en "un paria internacional".
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