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Rusia/China

Rusia y China reafirman su asociación estratégica

El presidente ruso Vladimir Putin visita durante dos días la vecina China para reforzar el eje sino-ruso en momentos en que los occidentales acusan a Moscú de sembrar el caos en Ucrania. En Pekín, se prevé que el mandatario ruso firme un importante contrato gasífero para proveer a China con gas ruso por unos 30.000 millones de metros cúbicos por año.

El presidente ruso Vladimir Putin junto a su par chino Xi Jinping, en Pekin el 20 de mayo de 2014.
El presidente ruso Vladimir Putin junto a su par chino Xi Jinping, en Pekin el 20 de mayo de 2014. REUTERS/Carlos Barria
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06:58

Escuche el informe con Daniel Méndez, nuestro corresponsal en Pekín:

En medio de la confrontación con las potencias occidentales por la crisis ucraniana, Putin inicia este martes 20 de mayo una visita de dos días para buscar el apoyo de Pekín. Los rivales comunistas de antaño son hoy socios indefectibles. Mantienen una relación muy particular que podría calificarse de “frente de la no injerencia”.

Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, hablan con una misma voz en todos los expedientes internacionales de peso, ya sea Siria, el programa nuclear de Irán o, más recientemente, en la crisis ucraniana. Pero en este caso, la situación es más ambigua. En marzo pasado, durante el voto para una resolución que denunciaba el referéndum en Crimea, Pekín prefirió abstenerse.

Para Valérie Niquet, de la Fundación para la Investigación Estratégica, el malestar chino se trasluce en las recientes declaraciones sobre la cuestión. La razón es que la acción rusa “es una ‘injerencia’ en los asuntos de un Estado”, Ucrania. China, que cuenta con regiones separatistas en su propio territorio, no puede alentar demasiado la influencia rusa en Ucrania.

Asociación energética

Pero si la crisis ucraniana pone de relieve la paradoja de la relación entre China y Rusia, también podría contribuir a acercar a los grandes vecinos, en particular en lo que se refiere al campo energético. Muchos observadores estiman que la conclusión del gigantesco acuerdo gasífero, negociado desde hace diez años entre los dos países, podría ocurrir durante la visita del presidente ruso.

Las negociaciones sobre este acuerdo, que prevé la entrega por parte del gigante ruso Gazprom de 30.000 millones de metros cúbicos de gas por año, tiene por principal obstáculo el precio. Para Catherine Locatelli, especialista del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS, por sus siglas en francés) del sector energético ruso, Moscú tendría prisa en sellar el acuerdo con China en momentos en que Rusia busca diversificar sus consumidores de gas y petróleo debido al contexto europeo.

Desde hace tres años, China se ha convertido en el primer socio económico de Rusia. Además de la energía, la defensa es uno de los pilares de esta relación. Los Estados son miembros del Grupo de Shanghái, una organización informal creada en 2001 para contrarrestar la influencia estadounidense en Asia central.

Rusia es también el principal vendedor de armamento a China, que sigue estando bajo embargo occidental de armas. Pero en este delicado terreno, la confianza no es absoluta. Isabelle Facon, investigadora de la Fundación para las Investigación Estratégica, estima sin embargo que los rusos podrían querer limitar el suministro debido a la gran cantidad de falsificaciones chinas de material ruso, que luego es vendida en mercados emergentes, como África.
 

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