Emergencia sanitaria en Michigan por agua contaminada con plomo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró el estado de emergencia en el estado de Michigan. Se liberan así recursos federales para ayudar a la población de la ciudad de Flint. Sus habitantes llevan meses quejándose de que el agua contaminada los enferma. La justicia ha abierto una investigación.
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Todo empezó en 2011 cuando el gobernador de la ciudad de Flint, en el norte de Estados Unidos, decidió nombrar a un interventor para mejorar las malas finanzas de la urbe. Para reducir sus gastos, la municipalidad empezó, tres años más tarde, a extraer su agua del río local en vez de comprarla a la vecina Detroit. Pero, de acuerdo con la Asociación estadounidense de libertades civiles que interpuso una demanda ante la justicia, la planta de saneamiento de aguas de Flint no tenía la capacidad técnica para producir un agua potable conforme a las normas locales y federales de calidad.
Poco después los habitantes empezaron a quejarse de que la mala calidad del agua les estaba causando naúseas, pérdidas de cabello e irrupciones cutáneas. Meses más tarde, después de descubrir una bacteria nociva en el agua, la municipalidad publicó numerosos avisos a la población para que ésta hirviera el agua antes de consumirla.
Niños contaminados con plomo
Y peor aún, la solución adoptada por la ciudad para poner fín a dicha contaminación causó todavía más problemas. Acrecentó los niveles de contaminantes en el agua que, al volverse más corrosiva, favoreció que las antiguas canalizaciones liberaran plomo. Preocupada por las irrupciones cutaneas de su hijo, una madre de Flint contactó entonces a la Agencia de protección medioambiental de Estados Unidos para denunciar el inmovilismo de las autoridades locales. Los estudios científicos revelaron una alta tasa de plomo en la sangre del niño.
Pero, a pesar de las presiones ejercidas por las autoridades federales y de los estudios que mostraron niveles de plomo cerca de dos veces mayores a lo normal en varios niños de la ciudad, los responsables locales tardaron meses en reaccionar.
A principios de enero finalmente, después de ignorar los reclamos de la población durante meses, el gobernador de Michigan, Rick Snyder, declaró el estado de emergencia sanitaria en la ciudad de Flint. Y ahora el propio presidente Obama hace lo propio para liberar más recursos y ayudar así a los residentes de esta ciudad de 100.000 habitantes. La justicia estadounidense ha abierto una investigación. Se calcula que la reparación de las infraestructuras de Flint podría costar 1.500 millones de dólares.
(Con AFP)
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