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MEDIOAMBIENTE

Obama busca añadir la lucha contra el cambio climático a su legado

El nuevo plan fija en un 32% la meta de reducción de emisiones de carbono de las plantas eléctricas para 2030. Obama se apoya en los últimos datos científicos para justificar sus propuestas y contrarrestar las críticas de sectores republicanos, que cuestionan el fenómeno. El plan contempla la adopción de renovables a mayor escala

Obama ha presentado su plan climático este 3 de agosto en la Casa Blanca
Obama ha presentado su plan climático este 3 de agosto en la Casa Blanca REUTERS/Jonathan Ernst
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 "No existe un desafío que represente una amenaza mayor para nuestro futuro y las generaciones futuras que el cambio climático". Con estas palabras presentó este lunes Barack Obama su plan para limitar las emisiones resultantes de la generación de energía en el país.  En plena recta final de su mandato, el presidente estadounidense quiere añadir la lucha contra el cambio climático al legado de su paso por la Casa Blanca. Y lo quiere hacer con el paso "más improtante que ha dado EE.UU." en este sentido, según ha afirmado  el propio mandatario. Un plan que por primera vez en la historia estadounidense, impone límites a las emisiones de las plantas energéticas, responsables de un tercio del dióxido de carbono y otros gases contaminantes que emite el país. Concretamente, y según el objetivo más ambicioso del paquete de medidas, estas emisiones deberán reducirse un 32% en 2030 respecto a niveles de 2005, a pesar de que el borrador de hace un año había contemplado un 30%.

El America´s Clean Power Plan ha sido presentado por la directora de la Agencia de protección del Medioambiente (EPA), Gina McCarthy a menos de cinco meses de la decisiva cumbre del clima de París (la COP21) y contempla tanto la reducción de las emisiones tóxicas como la adopción de energías renovables a mayor escala. Obama defiende su plan argumentando la creación de empleos en el sector de las renovables y un descenso en la tarifa energética que pagan los estadounidenses en el futuro.

El líder estadounidense se apoya también en los últimos datos científicos para justificar sus propuestas y contrarrestar las críticas de sectores republicanos, que cuestionan el fenómeno o arrojan dudas sobre si el mismo es causado por la acción del hombre. Sin embargo, y pese a la oposición de parte del sector industrial, en el país preocupa el aumento de temperaturas de regiones agrícolas que podría hacer muy difícil la cosecha en las próximas décadas, además de las catástrofes naturales que podría acarrear.

Algunos gobernadores republicanos se oponen a esta regulación ya que la consideran una intromisión del poder federal en la actividad de los Estados. Los recortes en las emisiones son una cuestión sensible en el país, debido a quel el carbón, una de las fuentes energéticas más sucias, sigue siendo una de las principales industrias estadounidenses, que proporcionan cerca del 37% de la energía del país, por encima de la nuclear y del gas natural.

El líder de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, acusó a Obama de elegir "un legado verde en lugar de una economía en crecimiento". En la misma línea, un grupo de presión pro-carbón (American Coalition for Clean Coal Electricity) amenazó con probables acciones legales asegurando que "se está poniendo en marcha un plan ilegal que aumentará los costos de la electricidad y dejará a la gente sin empleo", según uno de sus portavoces.

Fuera de las fronteras estadounidenses, la Unión Europea ha aplaudido la iniciativa de Obama. El presidente francés, François Hollande, ha señalado en la mañana de este martes que se trata "de una contribución de gran dimensión de cara a la Conferencia del Clima" que se celebrará en París el próximo mes de diciembre.

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