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Grandes Reportajes de RFI

Bolivia, las contradicciones del presidente Evo Morales

Primera modificación:

En Bolivia, actualmente, grupos de estudiantes asisten a clases de formación política organizadas por el movimiento "Generación Evo", una organización de jóvenes militantes surgida en 2014. En ese medio se rinde culto a la personalidad del presidente.

El presidente Evo Morales durante una ceremonia en la plaza Murillo, La Paz, 4 de mayo de 2015.
El presidente Evo Morales durante una ceremonia en la plaza Murillo, La Paz, 4 de mayo de 2015. REUTERS/David Mercado
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Valeria Silva, diputada suplente del MAS, el partido en el poder, afirma que el proceso que viven los bolivianos "no es un corto verano ... es la construcción de la patria, no existente hasta hace poco en este país y, sobre todo la garantía de lo que los pueblos han esperado durante 500 años de colonialismo y 200 de capitalismo, que es el autogobierno indígena".

La revolución socialista e indigenista en Bolivia tiene un nombre, el omnipresente Evo Morales, que recorre constantemente el territorio nacional presentando diversos proyectos.

Los jóvenes de "Generación Evo" asumen esta personalización de la actual dinámica política. Valeria Silva, por ejemplo, ve en el presidente "la historia hecha hombre", deseosa de que se logre integrar, a partir de grupos de jóvenes, "un ejército de soldados del presidente Evo".

El discurso antiimperialista y anticapitalista

Morales fue electo en 2005  en su segundo intento y sigue manteniendo las consignas políticas que le han permitido triunfar durante diez años, dirigidas básicamente contra Estados Unidos y el capitalismo.

No obstante, para el economista Carlos Torranzo, el anticapitalismo del MAS es un engaño: "Es un capitalismo de estado, con economía mixta y gran presencia de la empresa privada". Eduardo Prada, intelectual de la izquierda indigenista, comparte este punto de vista: "es el mejor gobierno neoliberal, que ha cumplido de manera consecuente con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial".

La política anti estadounidense de Morales parece ser más coherente. Para Pablo Stefanoni, periodista y polítologo argentino, la "tradición cocalera se engancha con una tradición anti imperialista y ... el anti imperialismo es la figura ideológica en la que Evo actúa de manera más convencida". Se inscribe así Morales en un nacionalismo popular de raíz latnoamericana. La diferencia es que en Bolivia adquiere una cara indigenista.

Esta posición explica sus alianzas en el plano internacional con Irán, Cuba, Venezuela o Rusia, a fin de hacer contrapeso a Estados Unidos.

Hoy existe una ruptura con parte de sus antiguos compañeros bolivianos. Entre ellos, el ex viceministro de Tierras, Alejandro Almarás, opuesto al proyecto de carretera defendido por el presidente Morales en un territorio indígena protegido: "ha traicionado al movimiento indígena y ha traicionado al pueblo boliviano porque ha violado el derecho constitucional".

Esta es para Stefanoni la principal contradicción de Evo Morales. Pero Raúl Prada estima que el presidente es "una víctima de estos juegos de poder que creen en caudillos ... pero no creen en la democracia participativa".

Aun así, el país ya no es el mismo, ha cambiado en una suerte "de revolución cultural que trastocó todos los imaginarios sociales", según Pablo Stefanoni.

Evo Morales empieza su tercer mandato con una popularidad todavía muy elevada.

Entrevistados: Valeria Silva, diputada suplente del MAS; Carlos Torranzo, economista; Raúl Prada, intelectual de la izquierda indigenista; Pablo Stefanoni, periodista y polítologo argentino; Alejandro Almarás, ex Viceministro de Tierras.

Reportaje realizado por Reza Nourmamode, corresponsal de RFI en Bolivia.

 

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