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Vida en el Planeta

El Ártico víctima del cambio climático

Primera modificación:

El deshielo de los glaciares, debido al cambio climático, despierta apetitos territoriales en algunos Estados ubicados en el círculo polar ártico. Los ambientalistas acusan al Consejo del Ártico de no haber cumplido su misión de proteger a esa región polar y sus habitantes. Sin embargo, confían en que Estados Unidos  - que acaba de asumir la presidencia del Consejo -   haga lo necesario para superar el problema. 

Greenpeace.org
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El Consejo del Ártico fue creado en Canadá en 1996. Es una especie de miniorganización de las Naciones Unidas, que se ocupa de cuestiones ambientales, políticas y de desarrollo social en los países circumpolares; es decir, en los Estados que tienen costas en el Ártico y que están dentro del círculo polar Ártico.

En el mandato original del organismo, los puntos principales son el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente. Actualmente, Greenpeace y otras asociaciones ambientalistas consideran que el Consejo del Ártico se alejó de sus atribuciones originales, otorgándole una participación más relevante a las empresas y a las corporaciones que a la protección del medio ambiente y a los habitantes de la región.

El Ártico es considerado como un termómetro del cambio climático, pues el impacto es más que visible en él. “El recalentamiento global es la mayor amenaza que pesa sobre esa zona de la tierra”, asegura Diego Creimer, responsable de comunicaciones de la Campaña del Ártico de Greenpeace, en Canadá.

El Ártico está compuesto principalmente por un océano. Las aguas alrededor del polo norte son internacionales y los países circumpolares empezaron hace años a presentar reclamos territoriales, basándose en pruebas geológicas, tales como la extensión de las cadenas montañosas debajo del mar y de las capas continentales. Si todos los países pudieran hacer valer sus reclamos territoriales en lo que hoy son aguas internacionales, quedaría muy poco de las aguas internacionales del Ártico y esta superficie pasaría a formar parte de los países circumpolares”, añade Diego Creimer.

Canadá, que según este ecologista de Greenpeace tuvo una actitud totalmente irresponsable, acaba de transmitir a Estados Unidos la presidencia del Consejo del Ártico.

Las recientes declaraciones de Barack Obama, relativas a la necesidad de enfrentar el problema del cambio climático, han despertado esperanzas en los ambientalistas.

Entrevistado: Diego Creimer, responsable de comunicaciones en la Campaña del Ártico de Greenpeace, Canadá.

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