Washington-La Habana: descongelamiento de relaciones deportivas
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Una comitiva de la NBA visitó La Habana en días pasados ; el gesto no parece casual, sino más bien lógico, acorde al menos con el clima de distensión que se vive entre Estados Unidos y Cuba desde que los mandatarios de ambos países decidieran relanzar las relaciones diplomáticas.
Steve Nash, Dikembe Mutombo y Ticha Penicheiro impartieron una clínica de baloncesto junto a las selecciones masculina y femenina de la isla. Nash calificó la visita de histórica, en un país en el que la afición por el baloncesto no supera a la del béisbol, pero es igualmente significativa, además del hecho de que varios jugadores cubanos han participado en la liga norteamericana en las últimas décadas. En suma, todas buenas señales, como lo cree Renier González, periodista deportivo cubano.
Ciertamente, si a pesar de las tensiones el deporte ha sido un vículo entre ambos países, esta relación es explicable por el béisbol, uno de los deportes más populares en Estados Unidos y el indiscutible deporte rey en Cuba, lejos del fútbol.
Un poco de historia
Antes de la Revolución, la relación era oficial y fluida, y equipos norteamericanos realizaban en la isla sus entrenamientos de primavera, o en su defecto jugaban contra equipos locales. El flujo de peloteros cubanos en las ligas mayores también era alto, en muchos casos con rendimientos notables. Un vínculo, pues, que recorre buena parte de la historia de este deporte, como lo señala Raúl Fernández, de la Universidad de California.
El congelamiento de las relaciones dio como resultado que los peloteros de la isla tuvieran que salir de su país de cualquier manera, a veces arriesgando su vida. Fue el caso de Yasiel Puig, transportado por narcotraficantes mexicanos, con los que se encontró luego de que la lancha que lo llevaba llegara a la península de Yucatán y no a Miami, como estaba previsto. Puig debió pagar dinero para que no le cortaran la mano, y finalmente pudo llegar a los Dodgers de Los Angeles. Recordemos que para ser contratado, un jugador cubano debe pasar primero por un tercer país.
Las perspectivas actuales
Desde luego, la nueva situación incluiría un ámbito esencial, el del deporte universitario, ya que muchos prospectos de la isla buscarían oportunidades en los semilleros deportivos norteamericanos, otro escenario que hasta aquí había sido descartado, o al menos explorado a cuentagotas y bajo riesgo propio.
Finalmente, el intercambio y las posibilidades no solo se reducirían al béisbol, sino que incluirían también a otros deportes como el fútbol, que en Cuba adquiere cada vez más popularidad, con varios jugadores cubanos en la liga de fútbol norteamericano.
Los gestos de esta diplomacia deportiva en todo caso no acabarán. Todo lo contrario: en junio el equipo del Cosmos de Nueva York - encabezado hoy por Raúl González, y en su día por estrellas como Pelé o Franz Beckenbauer - viajará también a La Habana para promocionar la Major League Soccer. A nadie tampoco debería sorprenderle que la próxima temporada uno o más equipos de béisbol realicen entrenamientos de primavera en La Isla, como en los viejos tiempos.
Entrevistados: Renier González, periodista deportivo cubano; Raúl Fernández, Universidad de California.
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