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Cumbre de las Américas

Castro a Obama: "Necesitamos ser pacientes"

Los presidentes cubano y estadounidense, Raúl Castro y Barack Obama, sostuvieron este sábado un histórico diálogo bilateral, que afianza el avance en la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, tras más de 50 años de enemistad.

Raúl Castro y Barack Obama durante su encuentro bilateral, el 11 de abril de 2015.
Raúl Castro y Barack Obama durante su encuentro bilateral, el 11 de abril de 2015. Jonathan Ernst/Reuters
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De "reunión histórica" calificaba Barack Obama el encuentro mantenido este sábado con el presidente cubano, Raúl Castro. Tras las intervenciones de los 35 presidentes presentes en la VII Cumbre de las Américas, los presidentes de Estados Unidos y Cuba se vieron, como estaba previsto, en un encuentro bilateral, al margen de la Cumbre de las Américas que se celebra este viernes y sábado en Panamá.

Ambos mandatarios se mostraron seguros del éxito de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. "Después de 50 años de políticas que fracasaron era hora de intentar algo nuevo", dijo Obama, quien agradeció a Raúl Castro por su "espíritu abierto".

Por su parte, Castro advirtió que deben tener "mucha paciencia". "Ha sido una historia complicada la de nuestros países, pero estamos dispuestos a avanzar como él está diciendo" y a "discutirlo todo", incluso "los asuntos de derechos humanos", agregó el presidente cubano.

Esta VII Cumbre de las Américas es la primera en la que participa Cuba, desde su inicio en 1994 a instancias de Washington. El momento más simbólico llegó sin duda este viernes. Por primera vez, desde 1956, un presidente estadounidense y su par cubano se dieron la mano en señal de una reanudación de las relaciones bilaterales, aún en discusiones.

Obama y Castro sorprendieron al mundo el pasado 17 de diciembre cuando anunciaron, cada uno en su respectivo país y a la misma hora, la reanudación del diálogo entresus países, roto desde 1961. En ese momento, Obama anunció el final de una política que “había fracasado” y llamó a levantar el bloqueo económico que pesa sobre la isla desde 1962. Acto seguido Cuba liberó al estadounidense Alan Gross, quien llevaba cinco años preso en una cárcel en la isla, mientras que Washington permitía el regreso a La Habana de tres cubanos detenidos en Estados Unidos.

Este inesperado anuncio fue el fruto de negociaciones secretas entre los dos países desde junio 2013 realizadas en Canadá y con la mediación del Vaticano.

Aunque ya Obama y Castro habían coincidido e intercambiado un apretón de manos durante los funerales de Nelson Mandela, esta cumbre permitió que los mandatarios de Estados Unidos y Cuba se sentaran por primera vez en una misma mesa. La última vez que esto ocurrió fue cuando Dwight Eisenhower y el dictador Fulgencio Batista se reunieron en 1956, precisamente en Panamá.

Venezuela, el nuevo frente de la discordia

El otro tema crucial de esta cumbre fue la compleja relación entre Venezuela y Estados Unidos tras el anuncio de Obama sobre las sanciones que su país impuso a siete altos funcionarios venezolano y la emisión de un decreto en donde se considera a Venezuela como “amenaza para la seguridad de Estados Unidos”. Esto provocó una viva reacción del gobierno venezolano.

Justo antes de salir con rumbo a Panamá, los dos países bajaron su retórica de confrontación: Obama enmendó su discurso alegando que Venezuela no constituía realmente una amenaza para su país, mientras que Maduro dijo que iría a la cumbre para abogar por la paz y “dispuesto al diálogo”. Sin embargo, el gobierno venezolano ha dirigido una campaña de recolección de firmas que Maduro esperaba entregar a Obama. Según el mandatario venezolano se recolectaron 13 millones de firmas a favor de la anulación del decreto estadounidense.
 

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