Brasil, el escándalo en Petrobras revela la urgencia de reformas
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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aceptó la renuncia de Graça Foster, directora de Petrobras, afin de detener la crisis política abierta por el escándalo de corrupción descubierto meses atrás en esa empresa, que involucra a decenas de políticos y funcionarios.
La caída de la presidenta de Petrobras, la primera empresa brasileña en términos de capitalización produjo un respiro de alivio en el palacio del Planalto, sede de la presidencia del país. Graça Foster y su equipo serán remplazados por una nueva administración que deberá conocerse el viernes próximo.
El mayor escándalo de corrupción en la historia del país ha provocado un terremoto entre los políticos, dado que muchos de ellos están salpicados por el caso. En cuanto a la presidenta Rousseff, que acaba de comenzar su segundo mandato, la composición del nuevo directorio de Petrobras podría serle de gran utilidad para recuperar credibilidad, afirma André Furtado, profesor de la Universidad de Camphinas, especialista de la industria petrolera de Brasil. Una condición necesaria pero no suficiente, pues también se requiere poner en marcha las reformas del sistema electoral y político que desde hace tiempo exige la población, juzga Gaspard Estrada, analista político del Observatorio Político de América Latina y el Caribe, Opalc, del Instituto de Ciencias Políticas de Paris.
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