Perfume de incienso en el acercamiento Cuba-EEUU
La cancillería papal ha jugado un papel de primer orden en el histórico acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos, anunciado el pasado miércoles simultánemente por ambos jefes de gobierno. Ya en 1998 Juan Pablo II, de visita en la Isla, pronunció la famosa frase: "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba". A pesar de los repetidos llamdos a excomulgar a la isla, la Iglesia católica jamás rechazó el diálogo con el régimen castrista.
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CUBA IGLESIA Dionisio García
El Papa Francisco expresó el mismo día su gran satisfacción por lo que calificó de "decisión histórica" confirmando al mismo tiempo sus buenos oficios en el asunto, concretamente haber recibido delegaciones de ambos países el pasado mes de octubre y las respectivas misivas a Barack Obama y Raúl Castro.
Como bien lo reconoció el propio Washington, el Vaticano fue el único estado que participó en las negociaciones, si bien algunas de ellas tuvieron lugar discretamente en Canadá.
El papel de Bergoglio se inscribe en un camino iniciado ya mucho antes, con dos visitas papales : la de Juan Pablo II, en 1998 cuando pronunció la histórica frase: "Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba", seguida de la de Benedicto XVI hace dos años. A pesar de las tentativas de diversos sectores por diabolizar y excomulgar a la isla, el Vaticano jamás rechazo el diálogo con el régimen caribeño. Incluso en 1962, el Papa Juan XXIII intervino durante la crisis de los misiles.
Menos visible que otras cancillerías, la del Vaticano hoy día ha saltado al primer plano.
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