COP 20 termina con acuerdos mínimos
La Cumbre Climática Mundial COP 20 de Lima finalizó en la madrugada del domingo con un documento calificado como “débil” por organizaciones ambientalistas. Este acuerdo salva la reunión del fracaso, pero no se puede hablar de éxito. Las negociaciones quedan abiertas para intentar llegar a un nuevo pacto ambiental mundial en París en diciembre de 2015.
Primera modificación:
Por Carlos Noriega, corresponsal de RFI en Lima
El acuerdo adoptado en Lima, conseguido después de tensas y maratónicas negociaciones, que se prolongaron más de 30 horas después del momento fijado para el cierre de la cumbre, lo que obligó a postergar su clausura del viernes en la tarde a la madrugada del domingo, ha sido calificado como “un consenso mínimo” que salva la cumbre del fracaso, pero que no puede considerarse un éxito.
Las diferencias entre los 195 los países presentes en la COP 20 de Lima, como las notorias entre países desarrollados y en vías de desarrollo, empantanaron las negociaciones, al punto que el viernes en la noche se temió que no habría acuerdo. El tiempo para negociar debió ampliarse para salvar la cita del fracaso. Al final salió humo blanco, pero con un acuerdo que ha sido calificado como “débil” por organizaciones ambientalistas.
El documento obtenido en Lima constituye la base para seguir negociando con el objetivo de lograr un nuevo pacto ambienta mundial en la próxima cumbre mundial de París, en diciembre de 2015, cuando se espera obtener un acuerdo global que a partir del año 2020 reemplace al Protocolo de Kioto. Lo visto en Lima adelanta que las negociaciones de París no serán fáciles. El objetivo es llegar a un compromiso de reducción de gases invernadero para que el calentamiento global no supere los dos grados centígrados respecto a la era pre industrial. Los científicos indican que superar ese límite sería catastrófico.
Las naciones deberán presentar sus intenciones de reducción de gases de efecto invernadero en el primer trimestre de 2015. Pero en la COP 20 de Lima no hubo acuerdo, como se esperaba, para fijar mecanismos claros y transparentes para establecer esas reducciones y para verificar su cumplimiento. El acuerdo de Lima establece solamente criterios amplios sobre estos compromisos.
Durante las negociaciones, las naciones en vías de desarrollo, como las de América Latina, África y los países árabes, insistieron en que se establezca el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, según el cual los países desarrollados deben reconocer su mayor responsabilidad histórica en el calentamiento global y, en consecuencia, asumir más responsabilidades, tanto en la reducción de emisiones como en el financiamiento y transferencia tecnológica para que los países en vías de desarrollo enfrenten los problemas del calentamiento global sin afectar su desarrollo. Al final, en el texto aprobado en Lima se indica el compromiso de alcanzar el año 2015 un acuerdo en el cual “se refleje” el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Respecto al financiamiento, en Lima se consiguieron 10.200 millones de dólares para el Fondo Verde, creado para responder frente a la crisis ambiental, pero no ha quedado claro cómo se hará para comprometer a los países a dar los aportes que se necesitarán para alcanzar el objetivo de 100 mil millones de dólares para este fondo de aquí al 2020.
Otro tema que luego de la cumbre de Lima quedó para seguir negociándose, es el de cómo enfrentar las “pérdidas y daños” sufridos por los países no desarrollados más afectados por el calentamiento global.
Jan Kowalzig, de Oxfam, señaló que el resultado de la cumbre de Lima “nos pone en camino a París, pero en lo sustantivo los acuerdos son inquietantemente débiles".
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