El porno va mal en Los Ángeles
La crisis que atraviesa la industria de la pornografía en Los Ángeles puede ilustrarse con estas cifras: 40 permisos de filmación de cintas X fueron acordados en 2013 contra casi 500 en 2012. La caída en picada del negocio se debe a una ley que obliga a los actores a utilizar un preservativo.
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Los permisos de filmación de películas pornográficas en Los Ángeles muy probablemente alcanzarán en 2014 el mismo nivel que el año pasado, es decir, unos 40, muy por debajo de los 480 que se otorgaron en 2012. Ese año fue votada una ley que tiene en jaque a la industria porque obliga a los actores a portar un condón durante las filmaciones.
“Los actores no quieren usar preservativos; se sienten cómodos y seguros sin ellos. Los aficionados al porno no quieren verlos”, dijo a la AFP Stephen Hirsch, dirigente de la empresa de producción de películas “X Vivid”.
La ley, cuyo objetivo es prevenir la transmisión del sida, crea un ambiente “que no es equitativo”, denuncia Hirsch. En este momento hay una demanda para abolir la ley pero se teme que sea rechazada. Entre tanto, la producción se ha desplazado a otros lugares en Estados Unidos, como Nevada, o al extranjero.
Al mismo tiempo, el propio Hirsch reconoce: “No hemos tenido ni un solo caso de infección por el VIH desde hace diez años”. El sistema que obliga a los actores a pasar un examen de VIH antes de las filmaciones “funciona muy bien”, agrega.
10.000 empleos, 6.000 millones de dólares
Si a esta ley se le agrega la disponibilidad en Internet de videos porno gratuitos, se puede entender por qué el futuro de la industria está comprometido en L.A., ciudad pionera en la producción de este género de cintas.
“No hemos filmado ni una sola película en Los Ángeles desde que fue aprobada la ley (Measure B) en noviembre de 2012”, dice Hirsch. Los Ángeles es el único condado en Estados Unidos donde es obligatorio para los actores portar un preservativo.
La industria pornográfica en el valle de San Francisco “representa 10.000 empleos y ganancias cercanas a los 6.000 millones de dólares”, sostiene Hirsch quien lamenta que los permisos de filmación se hayan desplomado durante los últimos dos años. Algunas compañías han dado el paso y obligan a sus actores a portar preservativos pero también hay otras que filman sin ellos de manera ilegal.
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