Argentina llega a un acuerdo con el Club de París

El gobierno argentino anunció este jueves el pago de los retrasos de 9.700 millones de dólares de la deuda que tiene con el Club de París, que reúne a los acreedores de los países industrializados. Buenos Aires, que pagará más de lo previsto en un plazo de cinco años, logró que el FMI no interviniera.

El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof. Reuters

Los 19 acreedores de Argentina reunidos en el Club de París y la misión encabezada por el ministro de Economía del país sudamericano, Axel Kicillof, alcanzaron un acuerdo para liquidar atrasos de la deuda del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

"Los representantes de los acreedores del Club de París y del gobierno de la República Argentina (...) llegaron a un acuerdo para la liquidación en cinco años de la deuda por atrasos a los acreedores del Club de París", afirma el foro un comunicado, y precisa que los atrasos totalizan 9.700 millones de dólares.

"El dispositivo ofrece un marco de resolución definitivo y duradero a la cuestión de los retrasos debidos por la República Argentina a los acreedores del Club de París", subrayó el organismo multilateral.

El Club de París celebró "los progresos realizados por la República Argentina hacia una normalización de sus relaciones con sus acreedores, la comunidad y las instituciones financieras, tras la crisis de 2001".

El acuerdo, fruto de una negociación de 16 horas encabezada por Kicillof, estipula que Argentina desembolsará un mínimo de 1.150 millones de dólares antes de 2015 y el pago siguiente no se exigirá hasta mayo de 2016.

Uno de los principales obstáculos en la negociación era la negativa de Argentina de permitir la participación del Fondo Monetario Internacional, responsable según el gobierno kirchnerista de la situación económica del país en 2001.

En la última década, tras haber renegociado un pasivo de cerca de 100.000 millones de dólares y haber obtenido reducciones de cerca del 70% por parte de sus acreedores, Argentina logró pagar el 93% de su deuda.

Sin embargo, fondos especulativos estadounidenses, llamados "fondos buitres", han llevado al gobierno argentino a los tribunales norteamericanos porque rechazan la reestructuración.

En todo caso, para Buenos Aires el acuerdo es un gesto para que la economía argentina vuelva a estar en el radar de los inversores extranjeros.