Francisco canonizó a dos monjas, mexicana y colombiana
Las primeras santas canonizadas por Francisco son latinoamericanas: la monja colombiana Laura Montoya y la María Guadalupe García Zavala, Madre Lupita. Sepa quienes fueron. Además, el Papa canonizó a 800 mártires italianos que se negaron a convertirse al islam en el siglo XV.
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La monja colombiana Laura Montoya Upegui (1874-1949) y la mexicana
Guadalupe García Zavala (1878-1963) son dos ejemplos de "caridad" que se oponían "al aburguesamiento del corazón", dijo el Papa Francisco durante la ceremonia de canonización en la Plaza San Pedro.
María Laura Montoya, primera santa colombiana, fue la fundadora de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena. Era una maestra de escuela, pasó más de 50 años ayudando a los indígenas que vivían en la selva y en su autobiografía se definió como una mística que llegó a enfrentarse con el mismo demonio.
De esta “madre espiritual de los indígenas", Francisco elogió su eficaz pedagogía, el respeto por la cultura indígena y el "no haberse contrapuesto a ella", como ocurría al inicio del siglo XX, cuando los indígenas eran despreciados y discriminados.
"Madre Laura nos deja un legado muy oportuno, la reconciliación y su permanente interés por la justicia social”, comentó el presidente colombiano Juan Manuel Santos, presente en la plaza vaticana.
Sobre la segunda santa mexicana, Madre Lupita o ahora, Santa Guadalupe García Zavala, el Papa dijo que "renunciando a una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús, enseñaba a amar la pobreza, para poder amar más a los pobres y los enfermos".
Madre Lupita sufrió la persecución religiosa en México, durante la llamada "guerra cristera" que comenzó en 1911 y se intensificó en la década del ‘20. Fue la fundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María de los Pobres, enteramente dedicada a curar a los enfermos sin recursos. La obra cuenta hoy con 22 fundaciones en México, Perú, Grecia e Italia.
"La Madre Lupita se arrodillaba en el suelo del hospital ante los enfermos y los abandonados para servirles con ternura y compasión", comentó el Papa, aplaudido por los muchos mexicanos que participaron en la ceremonia.
Francisco encomendó a la nueva santa que "interceda" para que México "destierre toda violencia e inseguridad".
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