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Estados Unidos

El testimonio del atleta Javier Gavela sobre el atentado en Boston

Javier Gavela era uno de los 26.000 participantes en el maratón de Boston, competición durante la cual se produjeron este 15 de abril dos explosiones que causaron tres muertos y más de un centenar de heridos. El atleta español, que alcanzó a ver la primera explosión, describió a Carlos Pizarro los primeros instantes de pánico.

Policías y corredores sorprendidos por las explosiones durante el maratón de Boston, 15 de abril de 2013.
Policías y corredores sorprendidos por las explosiones durante el maratón de Boston, 15 de abril de 2013. REUTERS/MetroWest Daily News/Ken McGagh/Handout
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Cuando ocurrieron las explosiones este lunes en el maratón de Boston, el atleta español Javier Gavela ya había finalizado la prueba y se hallaba en la recta final, en la acera derecha en el sentido de la carrera, esperando que llegaran algunos españoles con los que había viajado para participar en el legendario evento deportivo.

Gavela, responsable de un grupo de 15 personas que viajaron desde España, no podía regresar a su hotel sin antes cerciorarse de que todo el grupo había cruzado la línea de meta. Los que llegaban en ese momento formaban parte de la tercera ola de corredores, unos 6.000, que ya sumaban más de cuatro horas de diferencia con el ganador.

De repente, Gavela escuchó un “golpe seco pero no muy fuerte” producto de la primera explosión a unos 70 metros de donde se hallaba, en la acera de enfrente, la izquierda. La explosión no fue sin embargo lo suficientemente potente como para hacerle pensar en un atentado: “No tuve la sensación de que había sido una bomba”.

Sin embargo, cuando transcurrieron algunos segundos, “13” según precisó luego la policía, “ocurrió una segunda explosión, muy lejos de la primera; ahí sí todo el mundo reaccionó con pánico porque vimos que eran dos explosiones y comprendimos que eran bombas. Todo el mundo reaccionó instantáneamente, con pánico, llanto y gritos (…) La gente se preguntaba qué estaba pasando, sobre todo los americanos”.

Gavela anota que aunque la explosión no fue muy fuerte, “yo me imaginé que había muchos heridos porque había mucha gente en las aceras; no se podía andar, había 5 o 6 filas de personas, agolpadas para ver la carrera”.

Por último, Gavela relata que tras la doble explosión, numerosos corredores tuvieron que esperar en la calle durante más de dos horas la bolsa con su ropa y pertenencias. “Lo que yo podía ver es que la propia gente de Boston sacó de sus casas abrigos para los corredores que estaban por ahí porque estaba haciendo frío. También les llevaban comida y bebidas”. Un gesto de solidaridad que entrará a formar parte de la leyenda del maratón de Boston, el más antiguo del mundo, enlutado este año con este atentado.

 

 

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