Vargas Llosa, en medio de la tensión política
Intelectuales cercanos a la presidenta Cristina Kirchner lanzaron una iniciativa para impedir que el premio Nobel de Literatura en 2010 inaugure la Feria del Libro de Buenos Aires. ¿La razón? Su perfil “liberal y antipopular”. La idea fue lanzada por el director de la Biblioteca Nacional, quien prontó retiró lo dicho a pedido de la presidenta.
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"Me gustaría que en la inauguración de la Feria del Libro no estuviera presente. Su liberalismo lo expresa de una manera tajante y hasta diría que, si me permite la paradoja, autoritaria también". Las palabras son del Horacio González, el director de la Biblioteca Nacional.
Escuche el Enfoque sobre la polémica que envuelve la visita de Vargas Llosa a la Argentina.
Horas antes había encendido los ánimos en el aire del mundo intelectual y político en la argentina al pedir en una carta que Vargas Llosa no sea el invitado a inaugurar la feria del libro. El mensaje fue dirigido al Director de la Fundación El Libro, entidad organizadora de la Feria, quien prefirió guardar silencio.
Vargas Llosa "tiene una mirada política que ha venido expresando con mucha intensidad. Una mirada del mundo muy destemplada, muy poco abierta y muy poco diversa para quienes no piensan como él", dijo Forster.
En cambio, la postura del Gobierno fue expresada por el secretario de Cultura, Jorge Coscia, quien dijo que de ninguna manera se intentará prohibir el discurso de Vargas Llosa. Pero Coscia coincidió igualmente en considerarlo "un reaccionario, enemigo de las industrias culturales y funcional a un sistema de dependencia cultural en Latinoamérica".
La iniciativa postal se replicó en Aurelio Narvaja, de Ediciones Colihue, quien también solicitó que se rectifique la decisión de invitar al autor de "Conversación en la Catedral" para la apertura de la Feria el 20 de abril, y que durará hasta el 9 de mayo.
En una carta dirigida a los organizadores, Narvaja consideró a Vargas Llosa un extraordinario novelista, pero “un propagandista, ostensible y florido, de las ideas y las políticas de la derecha liberal y como tal ha dicho las peores cosas de nuestro gobierno", agregó. Otro intelectual de peso, el filósofo y escritor José Pablo Feinmann dijo que le produjo "una enorme indignación que Vargas Llosa venga a abrir la feria después de lo que dijo sobre la Argentina".
Retirada
Con el correr de la jornada, el propio González “retiró” la carta a pedido de la presidenta y así bajó el tono a la polémica, que siguió en círculos políticos. El Jefe de Gabinete Aníbal Fernandez se sumó al pedido presidencial de calmar las críticas contra el peruano, pero no se privó de tildarlo como alguien que pertenece a “la derecha más reaccionaria”.
Es que para algunos protagonistas de la vida cultural argentina resulta incomprensible que a un colega que ha hablado tan mal del propio país le sea ofrecida la tribuna más emblemática del mundillo literario local. El Premio Nobel había dicho al diario italiano Corriere della Sera que "Cristina Fernández es un desastre total. Argentina está conociendo la peor forma de peronismo, populismo y anarquía. Temo que sea un país incurable". Tambien dijo una vez a la radio argentina La Red que "no es posible que Argentina, con lo que representa desde el punto de vista cultural, elija un presidente de esos niveles de incultura y de pobreza intelectual". El filósofo y profesor de la Universidad de Buenos Aires Ricardo Forster, miembro junto con González del Grupo Carta Abierta, afín al Gobierno, opinó que le parece "desafortunada la decisión de que sea él quién inaugure la Feria".
La única reacción del peruano transcendió en una radio de España, pero a través de su mujer: "Mario la considera absurda. No quiere de ninguna de las maneras ir a Argentina a abrir una polémica o armar un escándalo. La Feria del Libro es un espacio para la literatura", dijo.
Sin embargo, por ahora, todo sigue latente y el peruano abrirá la Feria del Libro. El encuentro literario tendrá por primera vez dos aperturas, la oficial el 20 de abril, con presencia de Kirchner, y al día siguiente la apertura cultural. Sólo entonces se verá si tendrá que escuchar silbidos, como cuando en Bogotá tuvo se sometió a la rechifla por haber criticado a Cuba y a Fidel Castro.
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