Caravana de ONGs contra el secuestro de inmigrantes
En el Estado de Chiapas, sureste de México, varias organizaciones no gubernamentales civiles y religiosas han organizado este viernes una caravana para reclamar que el gobierno acelere las investigaciones sobre el secuestro por bandas mafiosas, de medio centenar de inmigrantes centroamericanos.
Primera modificación:
La caravana tiene su punto de salida en Arriaga, en la estación de tren en donde cada día cientos de inmigrantes indocumentados empiezan la aventura de su viaje a los Estados Unidos. Activistas de esas organizaciones subirán al tren en el que viajan los inmigrantes.
Se trata así de llamar la atención de los poderes públicos para que den protección a esos ciudadanos centroamericanos víctimas a menudo de los ataques de las mafias locales.
“Paso a paso hacia la paz” es el eslogan que preside esta caravana, con el propósito de denunciar los secuestros por grupos armados de los inmigrantes que atraviesan el país en busca del Dorado estadounidense. El último ataque tuvo lugar en Chiapas en el mes de diciembre pasado. Cada año medio millón de personas cruzan a través del territorio mexicano para llegar a Estados Unidos.
Se estima en 20.000 el número de inmigrantes que han sido secuestrados por las bandas mafiosas, que controlan un lucrativo mercado, al reclamar rescate financiero a sus familias. El número de deportados y detenidos se eleva a 65.000.
El Presidente mexicano Felipe Calderón ha reconocido en declaraciones a la prensa que “el 2010 fue el año con mayor número de muertes violentas en el país”, debido a los ajustes de cuentas entre los cárteles de la droga que se reparten el territorio.
Según cifras oficiales, se señalaron en México en 2010 un total de 12.456 muertes violentas. Desde 2006, el número de víctimas se alza a 30.200, a pesar del despliegue de 50.000 soldados para luchar contra el crimen organizado.
Según lo preciso el Presidente Calderón, el Estado con mayor índice de violencia es el de Chihuahua, seguido por Tamaulipas, Durango, Michoacán y Nuevo León. No obstante la impotencia del ejército mexicano frente a la acción cada vez mas violenta de los narcotraficantes, Felipe Calderón reiteró que no modificará su estrategia de lucha contra la droga.
Por su parte la Canciller mexicana Patricia Espinosa reconoció que “la violencia provocada por el narcotráfico, ha contribuido a deteriorar la imagen de México en el extranjero”.
Los reiterados ataques contra trenes de inmigrantes centroamericanos y el sentimiento generalizado de impunidad de que gozan los autores de esos crímenes, dan de México en el extranjero la imagen de un país corrupto, de incontrolable violencia y de gran peligrosidad.
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