Francia, “confiada” en vender sus ‘cazas’ a Rousseff

En 2009, Sarkozy se jactó de tener apalabrado con el gigante sudamericano la venta de 36 aviones de combate franceses, pero hace unos días Lula decidió que la nueva presidenta decida sobre una operación valorada en 7.000 millones de euros. La americana Boeing y la sueca Saab también aspiran a cerrar la venta con Brasil.

La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff

En septiembre de 2009, durante una visita oficial a Brasil, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció a bombo y platillo que Francia vendería su modelo de avión caza Rafale al gigante sudamericano. El acuerdo lo cerró con el mismo presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva. Pero algo cambio hace unos días, ya que Lula sembró dudas sobre la materialización de la compra de esos 36 aviones valorados en unos 7.000 millones de dólares.

Francia aún confía en cerrar el acuerdo. "Tenemos confianza" en cerrar el acuerdo, declaró el portavoz del gobierno francés, Francois Baroin, al término del Consejo de Ministros de Francia. "He leído las declaraciones de Lula citadas por la prensa pero no se ha comentado. Tenemos confianza", agregó.

Pese a ello la competencia será dura. En el concurso de licitación están el el fabricante estadounidense Boeing y su caza F/A-18 Super Hornet, y la sueca Saab con su Gripen NG, además de la francesa Dassault y su Rafale.

Todo parecía indicar que la balanza del concurso se inclinaría a favor de Francia, pero el relevo en la presidencia de Brasil lo deja en el aire. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó su intención de dejar a su sucesora, Dilma Rousseff, la decisión final sobre la millonaria licitación.

"Es una deuda muy grande, es una deuda de largo plazo para Brasil. Yo podría firmar y hacer un acuerdo con Francia, pero no lo voy a hacer", dijo Lula.

"Por una cuestión de responsabilidad con Brasil y con ella (Rousseff), no puedo hacer una deuda a pagar en los próximos 10 años a alguien que entrará, faltando 20 días para dejar el gobierno", dijo Lula el martes en un acto público en Río de Janeiro.