Seúl y Washington muestran sus cartas
Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron el domingo una demostración de fuerza aeronaval en el mar Amarillo. Un claro mensaje dirigido a Corea del Norte, y a su aliado China, en momentos de gran tensión tras el bombardeo a una isla surcoreana por parte de Pyongyang. Corea del Norte prometió convertir a Corea del Sur "en un mar de fuego" en caso de violación de su "espacio soberano".
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Serán cuatro días de maniobras militares conjuntas en el mar Amarillo, voluntariamente más importantes que las precedentes, según indicó el Estado mayor surcoreano.
La pieza central de los ejercicios militares es el portaaviones nuclear estadounidense George Washington, una ciudadela flotante con 5.500 marineros a bordo, que desplaza una masa de 100.000 toneladas y que cuenta con una pista de despegue de casi dos hectáreas.
Este portaaviones también puede transportar 75 aviones, entre ellos cazabombarderos reabastecibles en vuelo y con gran radio de acción.
Está acompañado de los cruceros lanzamisiles "USS Cowpens" y "USS Shiloh", así como por los destructores lanzamisiles "USS Lassen", "USS Stethem" y "USS Fitzgerald", según el comando de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur. Estados Unidos cuenta con 28.500 soldados en Corea del Sur.
Corea del Sur participa a su vez con seis buques de guerra, entre ellos un destructor lanzamisiles de 7.600 toneladas equipado con el sistema Aegis, dos destructores de 4.500 toneladas, fragatas y elementos aéreos de lucha contra submarinos, según su estado mayor conjunto.
Las maniobras iniciadas el domingo pretenden ser una demostración de fuerza que busca, según Washington, "reforzar el efecto disuasorio frente a Corea del Norte", y se desarrollan en una región marítima muy sensible, situada entre la península coreana y China.
Una "provocación militar intolerable", criticó de su lado Corea del Norte amenazando con convertir a Corea del Sur "en un mar de fuego" si es violado su "espacio soberano" en estas maniobras navales conjuntas.
Estas aguas son celosamente vigiladas por Pekín, que ya se ha declarado "en contra de cualquier acción militar no autorizada dentro de la zona económica exclusiva de China".
Actividad diplomática
Frente a la amenaza de una desestabilización en la región, los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y China, Sergei Lavrov y Yang Jiechi sostuvieron el sábado un diálogo por teléfono.
Un alto funcionario del gobierno chino, el consejero de Estado Dai Bingguo, viajó por su lado el sábado a Seúl donde fue recibido por el presidente Lee Myung-bak quien pidió a Pekín obrar activamente por la paz en tanto que aliado principal de Pyongyang.
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