La comunidad internacional está dividida sobre estrategia para Mali
¿Intervención militar o búsqueda de una solución política mediante elecciones en Mali? La comunidad internacional está dividida sobre una estrategia en Sahel, frontera entre el norte de África y el resto del continente. La región podría vivir una situación que mezclaría elementos de las crisis en Somalia y Afganistán.
Primera modificación:
En una reunión celebrada el martes pasado en Naciones Unidas en New York se puso de manifiesto que no existe un consenso internacional sobre cómo actuar frente a la crisis en Malí y su efecto expansivo en la región del Sahel.
Francia y algunos países africanos se inclinan por una intervención militar de ECOWAS , (Economic Community of West African States ) para evitar que se difunda la inestabilidad. Pero Estados Unidos considera que debe encontrarse primero una solución política, especialmente a través de elecciones en Mali, para evitar una intervención en una zona altamente convulsionada.
La región del Sahel se ha convertido en el último año en una de las más inestables del planeta y corre el peligro de transformarse en una mezcla de Somalia con Afganistán. Algunas de las razones son la debilidad del Estado en Malí, un inmenso flujo de armas provenientes de Libia tras la guerra para derrocar al régimen de Muamar Gaddafi, las divisiones étnicas, las reivindicaciones independentistas de los Tuareg y la posible presencia de al-Qaeda.
Estos factores se conjugan en un marco de corrupción, pobreza extendida y crimen organizado. El Sahel, frontera entre el Norte de África y el resto del continente, incluye a parte de Mali, Argelia, Níger, Mauritania, Chad y se extiende hasta Sudán y Eritrea.
En marzo pasado un golpe militar derrocó al presidente de Mali, Amadou Toumani Touré. Inmediatamente las débiles fuerzas armadas perdieron el control de tres regiones en el Norte del país a manos de el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) de los separatistas Tuareg, el grupo islamista Ansar Dine, el Movimiento para la Unidad y Jihad de Africa Occidental (MUJWA), y al-Qaeda en el Magreb islámico (AQIM). La rebelión del Norte y la falta de comida han causado hasta ahora el desplazamiento de 400.000 personas en situación de crisis humanitaria.
Los tuareg son un grupo bereber que se ha rebelado en muchas ocasiones para alcanzar la independencia; primero contra Francia durante la época colonial y más tarde contra Mali. El país se encuentra dividido por el río Níger, que separa a la población bereber en el Norte, de la población negra en el Sur. El gobierno de Malí nunca prestó atención a las demandas de los Tuareg y otros grupos locales contra la corrupción, la pobreza y la marginación en el Norte. Sin un plan de desarrollo equilibrado, las divisiones y fracturas de la sociedad se acentuaron en las últimas décadas. El islamismo ha tenido, entre tanto, un fuerte ascenso, pero en su versión más radical es rechazado por buena parte de la población.
Aprovechando las pugnas entre las débiles fuerzas armadas, al-Qaeda en el Magreb Islámico y el grupo Ansar Dine tomaron posiciones. A la vez, el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) regresó de Libia, luego de haber peleado a favor de Gadafi, con un gran cargamento de armas que utilizó para controlar la región de Azawad. Junto con Ansar Dine, el MNLA tomó las principales capitales del Norte de Mali.
Las relaciones entre estos grupos son, sin embargo, muy inestables. El MNLA rechaza tener vínculos con AQMI y no confía en Ansar Dine, del que se ha distanciado desde que este ha intentado imponer la sharia en la zonas que controla. El gobierno de Mali insiste en que hay un vínculo entre el MNLA y Al Qaeda.
En el marco de la guerra contra el terrorismo, Washington ha facilitado al gobierno de Mali millones de dólares en armas y equipo para luchar contra la versión local de Al Qaeda y el crimen organizado. A Francia, por otra parte, le preocupa la inestabilidad en su zona de influencia en África y teme que la inestabilidad alcance a Argelia, principal aliado regional que posee gran influencia sobre Mali.
AQMI opera en la región desde 2008, secuestrando extranjeros y traficando armas y drogas. La organización armada incluye a unos 200 militantes árabes y tuareg de Mali y otros países del Sahel y Africa del Norte, senegaleses, mauritanos y nigerianos, al igual que Afganistán y Pakistán. Algunos expertos sostienen que tiene conexiones con grupos islamistas radicales en Somalia, como al-Shabab, y Boko Haram, en Nigeria.
ECOWAS está preparada para una posible intervención militar en el Norte de Malí, pero se encuentra a la espera de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de acuerdo con el Capítulo 7 de la Carta de la Organización, que autoriza el uso de la fuerza.
El International Crisis Group sugirió hace pocos días que sería necesaria una intervención armada contra grupos jihadistas y criminales, pero que debería ir precedida de negociaciones políticas y diplomáticas en dos niveles. Por un lado, entre los grupos de identidad que operan en Mali. Por otro, implicando especialmente a Argelia, y Libia para llegar a un acuerdo regional de estabilidad. Las prioridades serían garantizar la unidad de Mali a través de un acuerdo entre los diferentes grupos y el gobierno de Bamako, y la seguridad de los ciudadanos.
Pese al entusiasmo de Francia para que se lleve a cabo una intervención, en la que Paris ha avisado que no participaría con fuerzas sino facilitando inteligencia e infraestructura, Estados Unidos lidera a los países que tienen una posición cautelosa al recordar que las intervenciones en contextos con diferentes identidades en conflicto, como Afganistán o Iraq, son particularmente complejas.
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