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Libia

‘Que nos dejen combatir a nosotros’, dicen rebeldes en Misrata

Alberto Arce, colaborador de RFI, se encuentra en Misrata, el puerto libio asediado por las fuerzas leales a Kadafi desde hace 70 días. En este reportaje, nuestro colaborador nos dice que la situación en esa localidad, situada 200 km al este de Trípoli, 'se agrava día a día', a pesar de los bombardeos aliados. Algunos rebeldes cuestionan la estrategia de la OTAN.

®Ricardo García Vilanova
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Texto: Alberto Arce, colaborador de RFI.
Foto: Ricardo García Vilanova.

Los combates urbanos han finalizado en Misrata, pero ni la amenaza sobre los civiles disminuye ni el cerco se relaja. Al contrario, ambos se intensifican sin que los bombardeos de la OTAN, reactivos y faltos aún de una coordinación efectiva con los defensores de esa localidad, sean capaces de imponer un cambio de tendencia definitivo.

El movimiento de los frentes alrededor de la ciudad continúa siendo elástico. Las tropas de Kadafi retroceden, obligadas por los ataques aéreos, pero cada vez que los aviones desaparecen por el horizonte, tratan de avanzar de nuevo. Cuando eso sucede, los rebeldes se desesperan.

"No entendemos a la OTAN. Les damos coordenadas, les señalamos las unidades y su ubicación. Les pedimos que ataquen y ellos nos frenan durante horas. Siempre llegan tarde. A veces ni siquiera llegan", dice Ghassan Kersini, uno de los rebeldes que sigue la evolución de la situación en el centro de comunicaciones establecido en el barrio de Garara.

Ghassan Kersini se atreve, incluso, a dar un paso más y afirma indignado: "Parece que los de la OTAN trabajaran para Kadafi. Libia no es sólo Bengazi y ellos parecen  conformarse con que haya paz allí; pero la guerra de verdad es la que se libra en Misrata. Comenzaron a bombardear el 19 de marzo, hace más de 40 días, y la situación sigue empeorando".

Los rebeldes han conseguido derrotar – totalmente y por sí solos – a los francotiradores gubernamentales que aterrorizaban a la población desde los alrededores de la calle Trípoli. También han logrado, con el apoyo aéreo de los aliados, que el ejército de Kadafi se retirase hasta los suburbios de Misrata.

Pero desde las posiciones que ocupan allí – el edificio Shantine, al final de la avenida de la costa y los barrios de Borwaya y Zawiat al norte y oeste de la ciudad – el bombardeo de artillería y cohetes Grad es continuo e intenso desde hace días. El recuento de víctimas, que aumenta en un goteo continuo, asciende a 28 muertos en las últimas horas.

Uno de los hombres que coordina la comunicación de los rebeldes, Mohammed Abdala, quien acaba de regresar de Zawiat, explica la situación con un ejemplo: "Es como ir a una consulta médica. Si me duele el estómago, el médico no me va a mirar los ojos. Nosotros queremos que expulsen a Kadafi y que lo hagan rápido y desde el aire; pero no aceptamos la entrada de tropas terrestres extranjeras como proponen ellos. Los de la OTAN tienen toda la información necesaria. ¿Por qué no cierran entonces la frontera de Chad para que Kadafi deje de recibir suministros y refuerzos? Les hemos dados todas las coordenadas de los tanques de Kadafi, pero no los bombardean. Lo que quieren es debilitarnos para que acabemos pidiéndoles que entren los soldados que están en los barcos franceses e ingleses frente al puerto".

Ghassan Kersini también se opone a una entrada de tropas extranjeras a Misrata: "Mi familia, los Jamal, tiene más de 50 combatientes en el puerto. Si un solo soldado extranjero pone un pie allí, los combatiremos. Esto tiene que ser claro. Se trata de la educación de nuestros hijos. Misrata es nuestra. Si las tropas extranjeras entran, se quedarán durante años y esto se convertirá en un nuevo Irak".

Ghassan y Mohammed tienen una respuesta clara para cualquier pregunta respecto a la estrategia militar a desarrollar: "Que nos den cinco helicópteros y nos dejen combatir a nosotros”.

El ultimátum de Kadafi 

Los combatientes rebeldes que regresan del flanco oeste de la ciudad extienden el rumor – que no hemos podido confirmar – de que los soldados del ejército de Kadafi que se desplazan de norte a sur en dirección al aeropuerto van provistos de máscaras antigás.

El ambiente es de preocupación ya que nadie duda de su capacidad de utilizar gas mostaza contra la ciudad.

Kadafi, especialista en excesos verbales y fanfarronadas, podría estar tratando de infundir el terror entre la población en el contexto de sus continuas amenazas contra quienes define como "ratas y cucarachas".

Kadafi ha dado un ultimátum para la rendición de Misrata que vencería hoy martes. En unas horas sabremos si guarda aún un as bajo la manga o si sus palabras perderán cada vez más credibilidad.

 

Informe desde Misrata de Alberto Arce
04:24

Enfoque Misrata

Aída Palau

 

 

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